Italia día 2. Hacia Milán

Vamos a por Milán. 

Si el primer día teníamos ilusión por llegar, esta mañana amanecimos nerviosos y con muchas ganas de empezar el viaje. Fue un viaje relativamente tranquilo, el coche iba cargado a tope, todo por nuestro empeño o intento de hacer todas las comidas del viaje hechas por nosotros. Esto equivalía a llevar una caja de embutidos que, una vez terminado el viaje, aún quedaba para varios días, jajajaja. Paramos a desayunar en tierras de Mónaco y nos encontramos con estas preciosas vistas.

Seguimos con el recorrido con paradas esporádicas pero se notaba el nerviosismo que llevábamos encima y como crecía conforme nos acercábamos a nuestro destino.

Como anécdota, contaros que el la frontera de Francia con Italia se le ocurre a una Gendarme pararnos e imagínate la situación. Un coche, Peugeot 5008 de los antiguos, cargado hasta los topes, hasta tal punto que el espejo retrovisor interior no servía para nada. La Gendarme, viendo el panorama intentó, chapurreando el español, preguntarnos que de donde veníamos y hacia donde íbamos, pero no dejaba de mirar el coche.

Yo creo que le faltaba poco para rozar el suelo con lo cargados que íbamos, aun así, no se a quien se le ocurrió decir la verdad. “Vamos de viaje de Novios a Italia!”, gritó, pues parece que te entienden mejor si hablas más alto, jajajaja. Se notó que nos entendió y le hizo gracia que dos parejas de unos 50 a 52 años fueran de viaje de novios. Volvió a mirar el coche riéndose y, con gestos de desconfianza, hizo la señal para que siguiéramos adelante, pero seguro que se estaba partiendo de risa. Eso sí, si nos dice de abrir el maletero, no se lo que hubiera pasado, me imagino la mitad de los bártulos rodando por la carretera, 😆  😆 

Ya nos queda poco, vamos a por Milán… llegamos al hotel sobre las 7 u 8 de la tarde, “Cosmo Hotel Torri” a 20 minutos de Milán, cuatro estrellas , de lujo. Entramos los dos hombres y pedimos la llave de mi habitación para salir y echar una mano en la descarga el coche. Sustituimos a las Chicas para ir subiendo equipajes y ellas solicitan la segunda habitación, se ve que nos registraron en el orden que entramos. Los dos hombres en una habitación y las dos mujeres en la otra, la cuestión es que tuvimos conversación casi todo el viaje. Sobre todo cuando nos preguntan por la mañana “¿Cómo han dormido los señores?” jajajajajajaja.